Me hubiera gustado tener un manual para enfrentarme a la vida. Pero con el tiempo me he dado cuenta que tienes que tener experiencias, para aprender a vivir. Es verdad que a veces las cosas no salen como queremos y últimamente parece como si todo se hubiera vuelto en mi contra... A veces siento que no voy a poder con todo y tengo ganas de tirar la toalla. Entonces me paro, y pienso en esas pequeñas cosas cotidianas que nos suavizan un poquito el día y que me dan fuerzas para seguir adelante: una sonrisa a tiempo, esa canción que suena en la radio llena de recuerdos, reírme sin parar con una amiga, recibir un mensaje de alguien inesperado, saber que hay amigos que siempre estarán ahí para ayudar a levantarte...Y es que al final lo único que importa es el día a día, aprender a disfrutar de esos pequeños momentos que te hacen feliz. No malgastes tus energías lamentándote y afronta la vida con optimismo, no sabes las sorpresas que te guarda el mañana;)
