Más vale tarde que nunca, suelen decir...
Sí, siempre le tuve delante y estuve ciega, totalmente. No se que tipo de estupideces, de estas típicas de adolescentes, que me impidieron ver quien realmente importa y quien es uno más. No vi a él que siempre estuvo ahí. A pesar de todos los huracanes, tormentas, lluvias, nevadas, o días soleados siempre me pude apoyar en él. Y aún así nunca lo valoré, lo tomé como algo obligado, algo que estaba ahí porque así estaba establecido. Pero poco a poco dejé esa etapa de adolescente atrás y con ella la venda que me impedía verle. Así aprendí a valorarle, y a quererle a mi manera.
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