No
te vayas. Por favor. Quédate aquí, conmigo. Sé que mi cabeza me susurra
"¿A quién le importa?" pero entonces mi corazón contesta casi gritando
"A ti, estúpida". Que le jodan a la distancia, tu sitio está a mi lado.
Ven, dime todas las palabras que nunca me has dicho y qué has mantenido
encerradas en esos labios que solíamos compartir. Permite a tus
sentimientos fluir hasta que su cauce me extasié y me olvide por completo de
quien soy. Mis lágrimas son como frías cascadas. ¿Acaso no es
suficiente? Quiero mirarte a esos ojos tuyos del color del cielo nublado
una vez más. Solo una. Y recuerdo eso que me decías: Las personas no
son fuertes hasta que estas tienen la necesidad de serlo. Y entonces lo
entiendo... Tenías razón.
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